25 feb 2013

Manuel Castells, Redes de indignación y esperanza


























Hay que valorar dentro de su contexto el último libro de Castells sobre los movimientos sociales. El texto, editado en España por Alianza, se escribió en pocos meses, tal y como indica el autor. No encontraremos por tanto una teoría social exhaustiva sobre los movimientos sociales y sus características en el momento presente. Se trata más bien de una aproximación teórica a las motivaciones y desencadenantes de los movimientos que han surgido en numerosos países. Por eso el libro dedica varios capítulos a explicar el nacimiento de las revueltas en Túnez, Islandia y Egipto, deteniéndose también en el desarrollo y de los movimientos en España y Estados Unidos.

Uno de los puntos que toca constantemente Castells es el de la hibridación entre los espacios digitales y físicos, online y offline. Hay varias citas interesantes al respecto. Por ejemplo la siguiente:


La autonomía sólo se puede garantizar mediante la capacidad de organización en el espacio de libertad de las redes de comunicación, pero al mismo tiempo únicamente se puede ejercer como fuerza transformadora si se desafía el orden institucional disciplinario, recuperando el espacio de la ciudad para sus ciudadanos (213).

También esta:


Hay una estrecha relación entre redes virtuales y redes de la vida en general. El mundo real de nuestra época es un mundo híbrido, no un mundo virtual ni un mundo segregado que se separará online de la interacción offline (222).

Se trata de valorar el papel de las nuevas tecnologías, concretamente de las redes sociales de Internet, dentro de la compleja estructura de los últimos movimientos sociales. Es una tarea todavía pendiente de realizar porque son fenómenos muy recientes, pero la mezcla de comunicación en la nube y presencial ha sido clave para la consolidación de las protestas ciudadanas y su consolidación en colectivos ampliamente conocidos. Junto a la hibridación de lo físico y lo digital, Castells llama también la atención en la importancia del componente emocional: «El cambio social supone una acción, individual, colectiva o ambas a la vez, que, en su base, tiene un motivo emocional como todo comportamiento humano» (210). El título del libro proviene precisamente de unir la estructura en red multinodal de estos movimientos con su vis emocional.

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